Nuestra historia

Durante once años se han sumado sueños, saberes y compromisos que han llevado a consolidar el Portafolio REDD+ Comunitario en el Chocó Biogeográfico.

Un portafolio  que nos hace vibrar desde Acandí hasta Tumaco y que no habría sido posible sin el compromiso y el trabajo del Cabildo Mayor Indígena de Mutatá y los 19 consejos comunitarios que hacen parte de los 9 proyectos REDD+: Bajo Mira y Frontera, ACAPA, Cajambre, Bajo Calima, La Plata-Bahía Málaga, Concosta, Sivirú, Usaragá, Pizarro, Piliza, ACABA, Río Pepé, Montaño, Vigía de Curvaradó-Santa Rosa del Limón, Domingodó, Apartadó- Buena Vista, Chicao, La Madre y Cocomasur.

En este recorrido La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), marcó una ruta de aprendizajes que fueron la brújula para orientar el proceso de fortalecimiento con las comunidades. Su trabajo comprometido y los recursos invertidos, fueron claves para conformar lo que hoy conocemos como el Portafolio REDD+ Comunitario. Su gestión y acompañamiento con el Fondo Acción se extendió hasta el año 2018 con el programa Paisajes Conectados, dejando significativos avances que marcaron el camino de grandes logros y resultados.

Fondo Acción, sumó esfuerzos, capacidad y recursos para dar fuerza a los objetivos del proyecto, fortaleciendo la comunicación y la confianza con cada una de las comunidades participantes, comprendiendo las dinámicas de sus territorios para generar acciones reales alineadas a sus contextos, cultura y tradiciones.

En el 2019, Fondo Colombia Sostenible y sus donantes, así como el Banco Interamericano de Desarrollo, se unen a este camino de compromisos, aprendizajes y retos, convencidos que trabajando con las comunidades del Pacífico se podía construir territorios posibles.

Cada uno de estos actores ha desempeñado un papel importante en esta historia con el ánimo de darle largo aliento y proyectarla como una opción sostenible para las familias del Pacífico Colombiano. Aquí les contamos cómo ha sido el proceso y cuales los hechos más importantes. Los invitamos a conocer esta historia dando clic en las siguientes secciones:

Tejer en comunidad

Soñar un territorio implica el respeto por la diversidad de conocimientos, experiencias y realidades que lo habitan

Corría el año 2015, y ahora Fondo Acción y las comunidades debían ejecutar los proyectos validados.

En este momento de la historia, para Fondo Acción, uno de los retos más importantes era tejer lazos de confianza con las comunidades, porque de eso se trataba, de consolidar más que un equipo de trabajo una gran familia que remara hacia la misma dirección y que volcara sus esfuerzos en creer que entre todos, se podían construir territorios posibles. Fue así como Fondo Acción se dio a la tarea de escuchar, entender y comprender las dinámicas de las comunidades participantes, allá con su gente, con los saberes locales que nacen y tejen historia. Ese paso a paso tomo tiempo, pero permitió a Fondo Acción sentirse parte de los territorios y ser acogidos por los sueños y expectativas de las comunidades participantes.

El trabajo en equipo, los recorridos en campo, el intercambio cultural y el manejo de los recursos fue conectando a las comunidades con Fondo Acción de una manera espontánea y sincera; esta familiaridad permitió avanzar a pasos de gigante en la implementación de los proyectos REDD+.

Fondo Acción ya había afianzado la confianza en los territorios ¿y ahora?, ¿qué venía? El compromiso de los proyectos era reducir la deforestación y la degradación de los bosques y esto implicaba materializar acciones que lograran el objetivo. Por ello se fortalecieron las cadenas productivas, la gobernanza comunitaria y las capacidades de monitoreo de los bosques para conocer el estado de sus territorios.

«Muchas personas dejaron de ir al monte a aserrar, ahora se dedican a la agricultura, a los proyectos productivos que ha traído REDD+, esto les ha permitido generar platica y cuidar el bosque. La gente entendió que esos proyectos no son de las personas que vinieron a traerlos, sino de la comunidad.»

Viviana Rodríguez, Proyecto REDD+ de Acaba – Río Pepé

Al tiempo que se ponía en marcha el fortalecimiento de las cadenas productivas, era necesario trabajar en el monitoreo, reporte y verificación. Esto significaba levantar parcelas forestales y adelantar las mediciones, tanto de carbono como de indicadores sociales y de biodiversidad, lo que requirió equipos de trabajo. De esta manera, cada proyecto REDD+ conformó una unidad REDD+, cuyo equipo fue liderado por representantes de las comunidades. A finales del 2018, los proyectos estaban listos para verificarse y tener bonos de carbono para la venta.

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Dicen por ahí que escalar montañas empinadas no es fácil pero tampoco imposible y, en esta escalada, llega un momento en esta historia en que los esfuerzos de años, tiemblan, el Portafolio enfrenta la terminación de la financiación de la cooperación internacional, a través de Paisajes Conectados, en un momento en el que las comunidades no tenían recursos para pagar a una firma externa que orientara la verificación. Esta verificación consistía en comprobar que efectivamente las acciones que estaban realizando las comunidades por la gobernanza, actividades productivas y monitoreo del bosque sí estaban contribuyendo a la reducción de emisiones de carbono. Fondo Acción entonces asume el papel de financiador en un modelo novedoso.

Fondo Acción creó un mecanismo financiero conocido como fondeo, que consiste en entregar recursos a las organizaciones étnico-territoriales para sufragar gastos de la verificación. El valor entregado debía ser devuelto, sin pagar intereses, por las comunidades al Fondo Acción, con recursos provenientes de la venta de los créditos de carbono. Este signo de confianza del Fondo Acción en las comunidades fue finalmente respaldado por la financiación del Fondo Colombia Sostenible,  formalizada en diciembre de 2018. Con la firma de un acuerdo se daría inicio al proyecto de Apoyo al Portafolio REDD+ en el Chocó Biogeográfico.

Este respaldo de Fondo Colombia Sostenible (FCS) permitió invertir recursos en cada una de las líneas de acción trabajadas en el portafolio, logrando importantes resultados que aseguraron la continuidad de los procesos que ya venían adelantados.  En el componente de desarrollo productivo, esta alianza permitió, seguir fortaleciendo cadenas productivas sostenibles como el naidí, el coco, el chontaduro, la pesca, el cacao y el achiote. Estas cadenas de bajo impacto ambiental planteaban grandes retos como la asistencia en capacitación técnica, la transformación de productos, el fortalecimiento de alianzas comerciales, entre otros aspectos que al ser superados, incentivaron el empleo y la generación de ingresos para los 19 consejos comunitarios afrocolombianos y el cabildo Mayor Indigena que conforman el Portafolio.

En gobernanza se propiciaron espacios de participación, formación y toma de decisiones, en los cuales las comunidades definieron cómo soñaban sus territorios de manera colectiva, se crearon herramientas co producidas con las comunidades atendiendo sus demandas y particularidades. Estos fueron insumos que orientaron acciones y decisiones propias de los consejos y cabildo, además, se incentivaron y acompañaron espacios de participación con enfoque de género reconociendo la importancia y el valor de las mujeres del Pacífico en la conservación de los territorios.

En monitoreo, reporte y verificación se trabajó de la mano de los equipos técnicos de las comunidades generando herramientas y capacitaciones que les permitiera conocer mucho más sus territorios para tomar medidas tempranas frente a los diferentes riesgos que pudieran poner en peligro los ecosistemas o bosques, verificando así que, efectivamente las acciones que se desarrollaban en el marco del proyecto estuvieran logrando el objetivo principal: reducir la deforestación y degradación de los bosques en el Chocó Biogeográfico.

La donación del Fondo Colombia Sostenible fue posible gracias a los aportes de los gobiernos de Noruega, Suiza y Suecia a este Fondo.